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¿Cómo influye el suelo en la calidad del vino?

¿Cómo influye el suelo en la calidad del vino?

España es muy rica en tipos de suelos y podemos decir que éste es uno de los factores más importantes del “terroir o terruño”, que determina en gran medida el tipo de vino que va a resultar de las uvas allí recogidas.

El terroir o de terruño hace referencia al suelo, al clima y a la humedad, entre otros aspectos característicos de cada lugar, que influyen en el resultado final del vino. Es decir, podemos decir que es el conjunto de circunstancias externas del lugar y que, sumado a otra serie de aspectos, dan un vino característico y único. Y es que, no podemos olvidar que el vino es el resultado de un laborioso trabajo, que comienza en la viña, donde cada decisión que toma el viticultor o el enólogo van a condicionar e influir en la calidad del vino.

A pesar de ello, existen unas características comunes en los vinos recogidos en un mismo tipo de suelo, por lo que vamos a resumir los principales tipos de suelos que encontramos en España.

Suelo arcilloso

Este tipo de suelos retienen bien los nutrientes y el agua, y lo podemos encontrar en lugares como La Rioja, Ribera del Duero, Calatayud o Alicante. Dan como resultado un vino con volumen, tánicos, de graduación alcohólica no muy alta, elegantes.

Suelo arenoso

Es un suelo que aportan una maduración más rápida, necesita poca agua, y es muy común en Madrid y Galicia. Ofrece vinos suaves, poco alcohólicos, brillantes, aromáticos.

Suelo granítico

Gracias a las características del suelo, la maduración del vino es suave, y es muy común en Madrid y Méntrida. Sus vinos son armoniosos, aromáticos, francos y limpios.

Suelo pizarroso

Son suelos con poca materia orgánica, pobres y poco profundos, terrenos calientes que favorecen el grado alcohólico. Podemos ver este tipo de suelo en Tenerife, Galicia o El Bierzo, entre otros. Sus vinos son minerales, complejos y con notas de tostados.

Suelo volcánico

Este tipo de suelos filtra muy bien el agua y retiene los rayos de sol, muy característicos en Tenerife y el Priorato. Los vinos que ofrecen son con aromas ahumados y minerales.