Hace tiempo que la cerveza no se consume solo como aperitivo, como una bebida para antes de sentarse en la mesa. Y es que, cada vez son más las personas a las que les encanta comer con una buena cerveza, como Estrella Galicia, siendo una de las bebidas que mayor abanico sensorial ofrece.
La enorme variedad de estilos y la diversidad de ingredientes que se usan en su elaboración garantizan que siempre haya una cerveza para cada plato. Cuando combinamos cerveza y comida, las posibilidades son infinitas, pero hay una serie de parámetros a tener en cuenta:
Las cervezas delicadas van mucho mejor con platos en los que los sabores sean sutiles. Así que, si vas a decidir con qué acompañar cada comida, fíjate en el tipo de cereal que se ha usado en la bebida y prueba si es dulce, amargo o está dominada por los gustos tostados.
Además, conocer las variedades de lúpulo nos ayuda a conseguir equilibrios por las similitudes sensoriales con algunos alimentos y especias. Por otro lado, también hay que tener en cuenta el proceso de cocinado y las características de los ingredientes usados para seleccionar cervezas con matices básicos similares. Piensa que los maridajes suelen funcionar mejor cuando comparten algunos elementos comunes de sabor o aroma. Una cerveza muy potente abrumará a los pescados más delicados, mientras que una cerveza muy ligera puede parecer que desaparece cuando estás disfrutando de algún asado a la parrilla.
Del mismo modo, los platos muy contundentes, por su elevado contenido en especias, picantes o grasas, requieren cervezas iguales de intensas. Además de limpiar el paladar, la cerveza debe tener una elevada intensidad de sabor y una buena carbonatación. También debemos buscar aquellas recetas que incluyan alguna malta tostada y un lupulado extra. Si somos seguidores de las comidas picantes, por muy extraño que parezca, el dulzor de las cervezas muy maltosas calman las sensaciones que provocan chiles y pimientos.
Dicho esto, es importante que tengas en cuenta que siempre puedes romper los moldes, encontrar tu propio camino para conseguir experiencias únicas. Probablemente una de las primeras sorpresas que nos llevaremos es que la cerveza no debe ser necesariamente dulce para acompañar a los postres. De hecho, la combinación suele ser mejor cuando la cerveza proporciona un breve respiro al dulzor del postre. Usar el sabor tostado, ahumado y cafetero de la cerveza negra es la mejor forma de acompañar los postres de frutas.