Seas un amante o no del vino, habrás oído hablar del retrogusto del vino en muchas ocasiones. Éste es uno de los conceptos que más cuesta identificar cuando estamos degustando un vino y nos pueden surgir preguntas como, ¿cómo se mide?, ¿qué aspectos debemos tener en cuenta?, ¿es igual para todos los tipos de vino?
Conceptos básicos del retrogusto del vino
Podemos decir que el retrogusto es el conjunto de aromas, sensaciones y/o expresiones que nos causa el vino en la boca, la garganta y las fosas nasales una vez que lo hemos tomado. Algunos aspectos básicos o curiosidades que podemos destacar de este proceso son:
- Todos los vinos tienen retrogusto pero, claro está, varía en función de las características de cada vino. Es muy diferente el retrogusto que provoca un vino rosado, del que provoca uno blanco o rioja.
- Una de las primeras cosas que se valoran en una cata de vino es si el retrogusto es largo, medio o corto. Para los amantes del vino, esta característica es importante y la tienen en cuenta en función de si desean tomar este vino como aperitivo, donde no importa un retrogusto largo, o en comidas, donde puede resultar más aconsejable uno corto para evitar que pueda resultar un sabor muy persistente.
- Para hablar del tiempo del retroceso hablamos de las caudalías (medidas en segundos). Una caudalía corresponde a un segundo de postgusto.
- Los vinos equilibrados y maduros suelen tener un retrogusto largo, agradable y persistente. Aunque no quiere decir que todos lo tengan (hay vinos equilibrados y maduros de gran calidad con un bouquet interno corto y no tan persistente o intenso).