El aspecto y el color de los alimentos son dos elementos claves que influyen en lo delicioso o no que nos puede parecer el alimento en cuestión. Al igual sucede con el color de la bebida, que tiene una gran influencia sobre nuestra percepción.
La gran variedad de colores de la cerveza viene dado principalmente por la malta. Los malteadores detienen el proceso de germinación calentando o secando los granos. En función del calor que apliquen o la técnica que utilicen, las maltas tendrán tonos que irá desde el pajizo hasta el negro intenso.
Más tarde, en la fábrica de cerveza, se obtiene el tono básico de la bebida
durante la maceración. De este modo, la malta “trasladará” su color al agua caliente. En este sentido, a más tiempo de maceración más intensos serán los colores de la cerveza, y el tipo de agua también contribuirá al color.
Durante la cocción, aparece la reacción de Maillard, donde el color se intensificará con el tiempo de ebullición y la oxidación, por cambios en las condiciones de conservación o simplemente por el paso del tiempo, que también cambiará el color de una cerveza.
Método de Referencia Estándar (SRM)
Para establecer el color de la cerveza, se está imponiendo el llamado Método de Referencia Estándar (SRM) nacido en Estados Unidos. Así, por ejemplo, Estrella Galicia Especial tiene un color de 9 EBC y 1906 Reserva Especial 15,5 EBC.
El SRM es la cantidad de luz a 430 nm que puede pasar a través de 1 centímetro de cerveza en un fotómetro y se utiliza como referencia del color básico que se espera de un estilo de cerveza.