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Cómo se elabora un buen vino blanco

elaboración vino blanco

Para los amantes del vino blanco, hoy os traemos un nuevo post para hablar del proceso de elaboración del vino blanco.

LA VENDIMIA

El primer paso que se lleva a cabo es la vendimia, en la que se recolecta la uva de la viña en el mejor punto de su maduración, y se depositan en cajas de tamaño mediano para evitar que se puedan estropear y conseguir así el mejor vino posible.

LA ESTRUJA

Una vez recogida, se lleva a la bodega, donde se despalilla, que es el proceso por el que se separa la uva del racimo y a continuación se estruja para conseguir su zumo, evitando la trituración excesiva. Después, se escurre y se procede a recoger el mosto yema, que es el que tiene una mayor calidad.

Si se quiere obtener vinos de segunda calidad, la pasta estrujada se puede volver a estrujar y cuando se estruja hasta el final se obtiene el denominado hollejo, que se emplea para su destilación y para la elaboración de otros productos.

LA MACERACIÓN

La maceración es el paso en el que se deja reposar varias horas el mosto con la piel de la uva, a una temperatura baja para evitar el inicio del proceso de fermentación. En este paso es donde se consigue sus propiedades y se determina el color que finalmente tendrá el vino blanco.

LA FERMENTACIÓN

Para llevar a cabo una buena fermentación, es necesario emplear recipientes de acero inoxidables o barriles de madera, donde se transforma el zumo en vino. Las levaduras se alimentan del azúcar presente en el mosto y se obtiene el alcohol etílico y dióxido de carbono.

En función del tiempo que se deje actuar la levadura, se obtendrá un vino u otro. El vino seco necesitará más tiempo que el vino dulce. En la fase final de la fermentación es la denominada fermentación maloláctica, el ácido málico pasa a ácido láctico, dando una mayor suavidad al vino.

EL TRASIEGO

El último paso es el trasiego, que consiste en el paso del vino de un recipiente a otro para liberarlo de los restos sólidos, este paso se suele hacer en fechas de frío para cuidar su calidad. Y para conseguir más eficacia en la eliminación de restos sólidos se hace una clarificación, a través de un filtro. Y tras la clarificación ya se puede comenzar a embotellar.