El sueño de casi cualquier amante del vino es tener su propia bodega casera, disponer de un espacio para sus mejores botellas. Pero debido a la falta de espacio, no cumplir con las medidas básicas o, simplemente, no saber cómo organizar una bodega, hace que sea una misión casi imposible. Hoy en Suárez Toro, tu distribuidor de bebidas en Huelva, te damos algunas recomendaciones para ello.
¿Quieres el vino para consumir o coleccionar?
Te hacemos esta pregunta porque no es lo mismo construir una bodega en casa para guardar el vino a largo plazo que consumirlo en un corto periodo de tiempo. Y es que, aunque los vinos que guardes durante mucho tiempo, ya sean para coleccionar o para revender, las condiciones de conservación cambian.
En este sentido, si quieres coleccionar vino de guarda para muchos años, lo mejor es tener una habitación o una zona preparada con unas condiciones de humedad y temperatura controladas, con un grado de humedad de entre el 60% y el 70% y que la temperatura oscile entre los 8º y los 12º.
Si por el contrario, quieres tener vino para consumir en poco tiempo, deberás disponer de un botellero climatizado o una vinoteca. De este modo, evitarás cambios bruscos de temperatura y una uniformidad que no perjudique al vino.
¿Colocar las botellas en horizontal o vertical?
Esto suele suponer un dilema, colocar las botellas de pie o tumbadas. En los supermercados o tiendas especializadas, es muy frecuente que esté de pie, mientras que en restauración y bodega lo habitual es que esté tumbado.
Los motivos de una y otra cambian. En un establecimiento de venta, la rotación es tan alta -o debiera serlo- que el vino no va a perder cualidades por pasar unos cuantos días de pie. Sin embargo, en casa no sucede así. Si son vinos jóvenes, podrán estar de pie porque su consumo va a ser temprano, al igual que los vinos que no tengan corcho, sino un tapón de rosca, pero si son vinos añejos o con guarda, sí es conviene tumbarlos.
¿Qué estilo debe tener?
Tal vez, la lógica nos diga que la mejor forma de organizar una bodega doméstica, sea organizarlos por tipología de color. Esto suele ser lo más habitual, aunque depende de lo que guardemos y de la cantidad.
Otra manera es ordenarlos por tipos de vino: vinos tranquilos, vinos fortificados y espumosos. Así, dentro de los tranquilos, se pueden agrupar por vinos ligeros, vinos con barrica en función de la crianza, vinos con ánfora, vinos que no tengan corcho…, etc.
¿Cómo debe ser la organización?
Si tienes una gran colección y eres muy ordenado, puedes usar una hoja de Excel donde agrupar el vino en varias categorías, siendo fundamental apuntar: nombre, fecha de recepción, añada, precio y cuánto va a ascender, por ejemplo. Te será muy útil en el caso de que quieras vender tu vino en un futuro.
En cualquier caso, siempre es mejor que sea algo interactivo y cuya edición sea fácilmente recuperable, no teniéndolo en una sencilla hoja de papel donde tengas que tachar o borrar.