Hoy queremos enseñarte de una manera fácil a catar vino, para que puedas disfrutar y analizar todas las sensaciones que un buen vino produce al degustarlo.

Etapa primera: Agudiza tu vista

Cogeremos la copa de vino por la base e iremos calentándolo. Para poder observar bien el color, inclinamos la copa 45º. Por regla general, mientras más rubí o cereza y brillante es el vino, más joven será y si el color es más granate o teja estaremos ante un vino más envejecido con crianza. Al mover el vino, caerán las lágrimas de vino, que lo harán más lentas a mayor graduación alcohólica.

Etapa segunda: Agudiza tu olfato

Sin mover el vino, los primeros aromas serán los propios de la uva, y al agitar la copa y entrar en contacto con el oxígeno iremos descubriendo nuevos aromas, que provienen de la fermentación. Con un movimiento más enérgico aflorarán los aromas terciarios, que se originan durante y después de la crianza del vino.

Etapa tercera: Agudiza tu paladar

En la boca, nos ayudaremos de la lengua para mover el vino e intentar apreciar los cuatro sabores básicos: salado, dulce, ácido y amargo. Después nos centraríamos en la textura (seda, terciopelo o satén), para terminar bebiéndolo y observar si se mantienen las mismas sensaciones y qué final nos deja en la boca.