Como sabes, la elección del tipo de uvas empleadas en la elaboración del vino es un factor clave para conseguir sus características. Así, cada variedad de uva le aportará las peculiaridades que lo definen y los matices que hacen de él un vino único.
Existen aproximadamente unas 10.000 variedades de uva en el mundo, pero solo algunas se utilizan para producir vinos. Hoy, en el blog de Suárez Toro, tu mayorista de bebidas en la provincia de Huelva, te hablamos de algunas de las variedades más cultivadas en nuestro país para el vino.
Variedades de uvas para vinos tintos
Tempranillo: es una variedad autóctona de La Rioja, aunque la encontramos también en La Mancha, Cataluña y Castilla. Podemos decir que es una de las uvas mejor valoradas y apreciadas por su gran calidad. Su mosto es equilibrado y aromático. Está muy indicado para vinos de crianza, ya que con el tiempo desarrolla aromas a especias y matices tostados.
Cabernet Sauvignon: quizás sea una de las variedades más extendidas por todo el mundo debido, sobre todo, a su gran capacidad de adaptación climática. Sus vinos son intensos y tienen un marcado sabor afrutado. Podemos encontrar esta variedad en las regiones de Ribera del Duero, Cataluña y La Mancha.
Alicante o Garnacha Tintorera: es una variedad de uva de Aragón y una de las más cultivadas en todo el mundo. Su pulpa es de color tinto y dota a los vinos de aromas frutales con baja acidez, por lo que envejecen bien.
Merlot: es otra de las variedades más extendidas en todo el mundo. Procedente de Burdeos, se utiliza para elaborar vinos de color rojo vivo y posee una acidez baja. De carácter floral, su aroma se ve potenciado por el envejecimiento, donde puede desarrollar diferentes matices: frutos silvestres, tabaco, trufa, etc.
Pinot Noir: ésta es otra de las variedades típica de la región de Borgoña y da vinos afrutados y dulces. Es muy usada para la producción de cavas en Cataluña.
Garnacha: se trata de una variedad autóctona muy cultivado en nuestro país, ya que produce vinos con mucho cuerpo, de carácter frutal y alta graduación alcohólica. Lo más normal es encontrarla en vinos rosados y jóvenes, pero también para envejecer mezclada con otras variedades.
Bobal: se cultiva en la zona del levante español y es muy popular para elaborar tintos y rosados. Sus características la hacen ideal para producir vinos jóvenes afrutados y para mezclar con otras variedades.
Cabernet Franc: con esta variedad, original de la región de Burdeos y muy usada en Cataluña, se producen vinos afrutados y suaves, con una acidez alta.
Monastrell: sus vinos tienen un alto contenido en alcohol y presentan un color intenso. Esta variedad va muy bien para la crianza, ya que con el tiempo se potencian los aromas y su sabor dulce.