El vino es una bebida que a lo largo de su vida va sufriendo cambios constantemente y que solo deja de evolucionar cuando, de alguna manera, muere. Por ello, seguramente habrás escuchado hablar del ciclo de vida del vino.
En este sentido, el vino experimenta toda una serie de reacciones físico-químicas que determinarán su aroma, su color, su sabor y otras tantas características organolépticas. Así, desde el embotellamiento, el vino pasa por diferentes períodos en los que va madurando. Luego, llega una fase donde sus características se manifestarán en su máximo esplendor y, por último, estas características van desapareciendo, hasta llegar a un punto en el que el vino no debería ser consumirse.
Cuando conocemos el ciclo de vida del vino, sabemos marcar el punto óptimo para su consumo, para disfrutarlo en su máxima plenitud. Así, hoy queremos que conozcas el ciclo de vida del vino para que puedas saber en qué momento deberías consumir un vino joven, un crianza, un reserva o un gran reserva.
Vinos jóvenes
Hablamos de vinos jóvenes cuando han sido embotellados después de la fermentación, por lo que el tiempo de estancia en barrica es muy escaso o en muchos casos inexistente. De esta manera, podemos decir que la evolución en botella es mínima, así que su consumo debería estar en un máximo de 2 o 3 años desde la fecha que marca la botella, siendo su momento óptimo de consumo en el primer año.
Vinos Crianza
En nuestro país, la mayoría de los vinos tintos de crianza deben experimentar un envejecimiento de al menos dos años, de los cuales un mínimo de 6 meses deben de ser en barrica. Cuando hablamos de vinos de la Denominación de Origen Calificada Rioja, el tiempo mínimo de permanencia en barrica puede ser de hasta los 12 meses. En estos vinos, la fase de desarrollo suele extenderse hasta los 2 o 3 años, por lo que la fase de madurez, que es el mejor momento para su consumo, estará entre los 2 años y los 6 años.
Vinos Reserva
Si estamos delante de un vino tinto reserva, habrá cumplir al menos 3 años de envejecimiento, respetando un mínimo de 12 meses en barrica. La evolución de este tipo de vino en botella es más lenta y sostenida en el tiempo, por lo que el momento ideal para su consumo puede llegar hasta los 10 años aproximadamente, estando su momento álgido para el consumo entre los 5 y los 8 años.
Vinos Gran Reserva
Los vinos gran reserva se elaboran únicamente cuando hay añadas extraordinariamente buenas en las que la magnífica calidad de la uva se presta a ello. Por ello, estos vinos tienen un envejecimiento mínimo de 5 años, de los que 18 meses pasarán en barrica. Pueden tener una vida de hasta 50 años, no obstante, son perfectos para consumir entre los 10 y 12 primeros años.